Economía Circular implica mucho más que reciclaje

La economía circular puede ser una trampa si se piensa que solo sirve para saber qué hacer con el gran inventario de residuos que hay en Baja California, porque esto implicaría mantener el mismo patrón de consumo y producción, que son las causas del problema.

Así lo destacó José Carmelo Zavala Álvarez, titular de la Subsecretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) del Estado, afirmando que es un error pensar que la economía circular es solo el manejo de residuos, porque no se limita al reciclaje, sino que tiene que ver con cerrar otros ciclos tecnológicos que están mucho antes.

“Quisiéramos contar con una regulación sobre economía circular, una regulación que no deberá limitarse al tema ambiental, porque este concepto implica la gestión eficiente de los recursos, para que el crecimiento económico no dependa de seguir extrayendo recursos naturales, sino que puedan desacoplarse ambas cosas”, dijo.

En entrevista con el Centro de Innovación y Gestión Ambiental (CIGA), Zavala Álvarez añadió que la economía circular tiene que ver con cerrar ciclos tecnológicos, porque entre más cortos sean estos ciclos, entre más inmediatos sean a la producción y a la extracción de recursos naturales, más eficientes resultan.

“Reducir la contaminación del aire requiere desacoplar la movilidad urbana del uso de combustibles fósiles, cambiando a tecnologías limpias y energías renovables; ocurre igual con el desarrollo económico, no debe darse a costa de sobreexplotar los recursos naturales, debe crecer la economía, pero no la extracción”, dijo.

El titular de la SDS, una dependencia de la Secretaría de Economía Sustentable y Turismo (SEST) del Estado, explicó que el concepto de economía circular va mucho más allá del manejo adecuado de los residuos, porque abarca la recuperación, reparación, revalorización y reúso de los productos.

“La hemos practicado en esta región, la frontera California-Baja California es un laboratorio vivo de economía circular, a través, por ejemplo, del comercio de segunda mano; solo debemos documentar una realidad que ya existe y regularla para facilitarla, no para entorpecerla”, consideró.

Afirmó que un ciclo importante de la economía circular es la recuperación de partes, algo muy común en los yonkes de esta frontera, donde la gente puede recuperar diferenciales, arrancadores y otras partes de vehículos, recuperación de partes que podría ser aún más efectiva si se crean, por ejemplo, bases de datos.

Que no se diga que no estamos listos para la economía circular, opinó, aquí hemos aplicado conceptos de economía circular y lo que ahora intentamos es regularlo para facilitarlo, no para entorpecerlo, pero debemos reconocer una serie de prácticas que hemos implementado porque nuestra realidad las ha hecho necesarias.

“El reúso es otro de los ciclos y en esta frontera tenemos muchísima experiencia en el comercio de segunda mano; lo hay de línea blanca, ropa, carros, llantas, madera, casas, habría que dignificar esta labor de los segunderos, reconocer su trabajo, el servicio ambiental que prestan al ampliar el ciclo de vida de los productos”, enfatizó.

El comercio de carros usados, agregó, son un ejemplo de economía circular, pero claro que enfrentan la gran capacidad que tiene la industria automotriz de seguir fabricando y empujar una salida forzada de autos viejos, usando incluso argumentos ambientales, pero de un modo un tanto hipócrita, para seguir produciendo.

“En el mundo se producen 100 millones de carros al año, ya hay mil millones de carros funcionando, seguro que no se necesitan más carros para acabarse los combustibles fósiles que existen en el mundo, pero se siguen produciendo, hay una administración de la evolución tecnológica”, remarcó José Carmelo Zavala.

Esta obsolescencia programada, añadió, es muy obvia en los teléfonos cada dos años, pero los carros también empujan en ese sentido, con argumentos de eficiencia energética o hasta argumentos ambientales, aunque ya en la historia hay casos de guerras comerciales encubiertas con temas ambientales, así que mejor estar alertas.

“Una regulación sobre economía circular debe tener como ancla las compras de gobierno, las cuales deben decidirse por ciclo de vida, no por precio de oportunidad, los gobiernos tienen una capacidad de compra gigantesca, los ayuntamientos, los gobiernos estatales y el federal, pueden detonar mercados verdes”, resaltó.

Con ese tipo de compras, añadió, los gobiernos pueden crear un ecosistema para el desarrollo de comercios amigables con el medio ambiente, para que los productos y servicios tengan criterios de circularidad, así seríamos más eficientes con los recursos que sacamos de la naturaleza y podríamos usarlos muchas veces.

“Sin embargo, el mejor ejemplo y el más obvio es el del reúso del agua, es absurdo lo que estamos haciendo con ella, porque no hay una política que se implemente racional, inteligente, para el manejo del agua; traemos agua desde muy lejos y no la estamos usando inteligentemente ni reutilizando como deberíamos”, finalizó.