Visión Coparmex México 2030

Para presentar la “Visión del Futuro México 2030”, el presidente nacional de Coparmex, Gustavo A. Hoyos, fue recibido el pasado 29 de julio en Tijuana por parte de los miembros del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), el cual retomó recientemente sus actividades en Baja California.

El presidente nacional de Coparmex recordó que hace un año, líderes mundiales de 193 estados miembros de la ONU se reunieron en Nueva York, y se comprometieron a cumplir 17 objetivos de desarrollo sostenible: de lento crecimiento basado en la inercia y con escasa capacidad de generar cambios que eleven su competitividad frente a otros países, o un México renovado, con importantes transformaciones en materia de competitividad, educación, desarrollo inclusivo, Estado de derecho y cultura empresarial.

El México de la Inercia

Actualmente, México se encuentra en el puesto 57 del ranking de competitividad mundial de los 142 países analizados, de no instrumentar cambios de fondo, la competitividad continuaría a la baja y sus tasas de crecimiento oscilarían en niveles de 2% y 3%.

Asimismo, de continuar enfocado en el sector automotriz, México tendría hacia 2030 una manufactura estancada y con limitada capacidad para crear valor, pues la industria automotriz como hoy la conocemos cambiará de manera radical en los próximos 20 o 30 años. “De anclar todo el desarrollo del país en la industria automotriz, podría darse el mismo escenario que ya vimos después de anclar el desarrollo de México en la industria del petróleo”, observó.

Si seguimos por el camino de la inercia veríamos en 2030 un país profundamente rezagado en educación, y tal vez para ese momento México esté ubicado en el lugar 116 dentro de los 142 países que miden su calidad educativa. “Será muy poco lo que podremos avanzar como país si no logramos hacer un cambio en la calidad educativa, y aportar nuevos perfiles y habilidades a la economía del conocimiento y cuarta revolución industrial”, expresó el líder empresarial.

Otro tema que deberíamos analizar, explicó, es lo que está pasando con el desarrollo inclusivo, y es que −no obstante que ha habido cierta estabilidad en lo macroeconómico− el fenómeno de la desigualdad nos sigue afectando de una manera severa; México es el segundo país más desigual de la OCDE, de acuerdo con CONEVAL el 46% de los mexicanos viven en pobreza, 11.4 millones de éstos en pobreza extrema. De no lograr cambios, en 2030 podríamos ver al 60% de los mexicanos viviendo en pobreza, una mayor desigualdad y concentración del ingreso, e insuficiente acceso a servicios de salud.

Otro aspecto preocupante es la fragilidad de nuestro Estado de derecho, calificado por Gustavo de Hoyos como el principal inhibidor del desarrollo del país. Hay mediciones que señalan que la corrupción puede estar costando en México hasta el 5% de las ventas totales de las empresas, de continuar por este camino, la corrupción e impunidad frenarían el crecimiento del país hacia el 2030, persistiría la impunidad en el 95% de los delitos y existiría una violación continua de los derechos humanos.

En lo que a cultura empresarial respecta, el Informe Anual de Competitividad Global del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés) que evalúa a 142 países, ubica a México en la posición 66. De no haber cambios de fondo la productividad no evolucionaría, existirá poca generación de valor e innovación y altos niveles de informalidad.

Gustavo A. Hoyos, presidente nacional de Coparmex, Joaquín Gándara, presidente nacional de IMEF, Guzmán Gallegos Pérez, presidente de IMEF Baja California

El Nuevo México

Si logramos hacer cambios importantes en el país en materia de competitividad, afirmó el presidente nacional de Coparmex, podríamos aspirar a un México con tasas de crecimiento del PIB superiores al 6%. Asimismo, podríamos encontrar sectores de desarrollo sostenido como el de la manufactura inteligente y energía renovable, un sector agropecuario generador de alto valor, desarrollo de vivienda e infraestructura sostenible y explotación de nuestro potencial turístico.

En materia educativa tendríamos 100% de cobertura, generación de altas competencias, formación técnica especializada y a la educación como vehículo de capilaridad social.

Si hacemos bien las cosas, la pobreza de aquí al 2030 podría disminuir al 30%, lograríamos atenuar el fenómeno de la desigualdad de tal manera que tengamos una mejor distribución del ingreso, un fortalecimiento de la clase media, una cobertura de 80% en salud y ciudades con alto desarrollo.

En Estado de derecho podríamos ambicionar una disminución al 10% de los niveles de impunidad de los delitos, un México con pleno respeto a los derechos humanos, plena transparencia y rendición de cuentas. Y finalmente, aumento en la productividad y empresas innovadoras.

Así de distintos son los Méxicos que podríamos encontrar en 2030, y mucho se definirá en 2017, año en el que se construirán los planes y programas de gobierno de prácticamente todas las expresiones políticas, sobre los cuales se fincará la construcción de alguno de estos dos escenarios. “Aquí es en donde organizaciones como IMEF y Coparmex deben incidir de manera decidida para que, independientemente de cual sea el resultado de la elecciones de 2018, nos encaminemos ante el México próspero y no ante el México de la inercia”.

El gran reto, comentó Gustavo de Hoyos, es que este tipo de organizaciones construyan una “Agenda de Agendas” que permita forjar un México prospero a partir de la participación ciudadana.

En el evento organizado por IMEF se contó con la presencia de Joaquín Gándara, presidente nacional de IMEF, Guzmán Gallegos Pérez, presidente de IMEF Baja California, Adriana Berrocal, presidente de Comités Técnicos de IMEF, Francisco Fiorentini, presidente de Coparmex Mexicali, Gilberto Fimbres, presidente de Coparmex Tijuana, y Marcello Hinojosa, presidente de Canacintra Tijuana.