El discurso de austeridad gubernamental que pregona la administración estatal, no ha significado mucho en las misiones oficiales al extranjero que han realizado los funcionarios de la SEDECO, mismas que se han caracterizado por la contratación de hoteles de lujo, consumos en restaurantes muy lejanos a la sobriedad que exige el servicio público y hasta por pagos por excesos de equipaje con cargo al erario; los pagos han superado los límites permitidos en la norma administrativa que regula las comisiones oficiales, viáticos, hospedajes y demás gastos derivados de las mismas.
En Baja California, cuando se trata de comisiones oficiales fuera de la República Mexicana se aplica el procedimiento de gastos a comprobar, aplicándose, por lo que respecta a viáticos, una cuota máxima de $100.00 dólares para todos los países, excepto en donde el EURO es la moneda de cursos legal, en cuyo caso la cuota máxima por día es de €100.00 euros.
En cuanto a hospedaje la cuota máxima diaria es de 280.00 dólares para todos los países, excepto en donde el EURO es la moneda de curso legal, en cuyo caso la cuota máxima es de €280.000 euros.
Sin embargo, los gastos efectuados en las giras de promoción de inversión económica muestran que los excesos son la constante en la manera de hacer promoción de la SEDECO. En la gira por Asia del 19 de marzo al 7 de abril de 2017, los gastos rebasaron los 850,000 pesos. Tan sólo en un día, una comitiva de cuatro personas gastó 13,000 pesos en alimentos en el HuaTian, mientras que en la gira por Asia de 2016, se pagaron en un solo día 78,000 pesos por las habitaciones de Carlo Bonfante, Miguel Bujanda, Barbara Ruelas y Roberto Durazo en el lujoso The Shilla, esto el 12 de marzo.
Un año antes, en la gira de promoción por Asia, realizada del 8 al 28 de marzo de 2016, se englobaron dentro de ésta misma gastos de Carlo Bonfante por 47,420 pesos, los cuales se efectuaron entre el 13 y 15 de abril, fuera de las fechas de la gira, así como gastos de Francisco Aguirre, secretario privado de SEDECO, por 31,425 pesos del 12 al 16 de abril; se desconoce el motivo.
Así, funcionarios gastan en hoteles de cinco estrellas, restaurantes exclusivos, caras reuniones de trabajo y excesos de equipaje, que no presentan justificación alguna.
Otro caso es el de la gira por el Viejo Continente en julio de 2016, en la cual la promotora de inversión Bárbara Ruelas gastó en tan solo 20 días cerca de $17,000 pesos en transporte (trenes y taxis), mientras que en la gira por Asia, también de 20 días, en marzo de 2016, Ruelas gastó en este mismo rubro 14,070 pesos.
Mención aparte merecen los pagos por los excesos de equipaje de Bárbara Ruelas, por supuesto con cargo al erario público. En la gira de 2015 por Asia, se pagaron 416 dólares (6,031 pesos) por exceso de equipaje de la promotora, en la gira de 2016 por Asia 498 dólares (8,127 pesos), y en la gira de 2016 por Europa 283 dólares (4,957 pesos); es decir, más de 19,000 pesos por exceso de equipaje en tres giras.
En las giras por Asia y Europa, los funcionarios han llegado a pagar “reuniones de trabajo” en The Westin Miyako por 17,937 pesos, en el restaurante italiano IL Fornaio por 10,744 pesos, en el Grand Hyatt UK por 9,182 pesos, en el Bentley Seafood por 8,572 pesos y en el Hotel Monaco por 7,174 pesos, sólo por mencionar algunas.
Un análisis a los gastos efectuados en la gira de promoción de inversión por Asia en marzo de 2016, con un costo de más de un millón de pesos, junto a la gira de promoción en Europa en julio de 2016, y la gira por Asia en marzo de 2017, éstas últimas con un costo de 828,429 pesos y 852,377 pesos, respectivamente, muestra que los excesos han sido la constante en la manera de hacer promoción por esta dependencia encabezada por Carlo Bonfante.
En pocos casos la información proporcionada, a través de la Unidad de Transparencia, establece de manera concreta el nombre de las reuniones celebradas, o las personas visitadas, ya que la mayoría de los gastos llevan conceptos de “reunión de trabajo”, taxis, hospedaje, alimentos, lavandería, Internet, y hasta excesos de equipaje.
Así, el garantizar el uso racional, eficaz y eficiente de los recursos públicos que marca la norma administrativa que regula las comisiones oficiales, viáticos, hospedajes y demás gastos derivados de las mismas es un precepto que Bonfante y su equipo están muy lejos de llevar al estatus de realidad.
Históricas participaciones federales
que no se reflejan en resultados
De acuerdo con Fitch Ratings, Baja California es la entidad más favorecida de todo el país en términos de distribución de participaciones federales. Sin considerar a los estados de Campeche (-9.9%) y Tabasco (-4.3%), los cuales registraron caídas, el resto de las entidades federativas reportan un incremento nominal de entre 10% y 37.6%. Los estados más favorecidos: Baja California (37.6%), San Luis Potosí (30.8%), Colima (29.3%), Baja California Sur (26.3%), Nayarit (22.3%), Hidalgo (21.9%), Chihuahua (21.6%) y Jalisco (20.2%).
De acuerdo con un reporte publicado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en un lapso de 41 meses, Baja California registró cerca de 64 mil millones de pesos en recursos federales. En base a este reporte, se observa que durante el lapso anteriormente mencionado, Francisco Vega recibió más de lo que se entregó a Eugenio Elorduy y Guadalupe Osuna, juntos en ese lapso de sus periodos de gobierno. De enero a mayo de este año, Baja California presentó una captación de 10 mil 399.2 millones de pesos.
Comparado con las participaciones federales entregadas a Baja California en marzo del 2016, en 2017 se registró un incremento de 43.2%. En los 6,134 millones de pesos recibidos por Baja California, de enero a marzo de 2017, hay un excedente de 2,118.5 millones, con respecto a los recursos obtenidos de enero a marzo de 2016. Lamentablemente, los recursos federales no se están transparentando y tampoco se están reflejando en factores como la IED, competitividad y eficiencia de gobierno.
Fastuosas giras,
pobre Inversión Extranjera Directa
De acuerdo al Centro de Estudios Económicos de Tijuana (CEET), en el periodo 2014 – 2017, Baja California recibió el menor monto de inversión extranjera directa (IED) de los últimos tres cuatrienios de gobierno. El CEET indicó que en este lapso se captaron 298.6 millones de dólares en inversión nueva; no obstante esto no se compara a los 449.3 millones de USD que se captaron durante el cuatrienio de Guadalupe Osuna Millán (2008-2011) o a los 327.8 millones de dólares que se captaron durante el cuatrienio de Eugenio Elorduy (2002-2005).
Proyectos como el despilfarro de 23 millones de dólares para la apertura de una oficina de inversiones en Londres en 2014 son los principales motivos de escepticismo en relación a la capacidad del gobierno estatal para gestionar los recursos federales. La incapacidad para tomar buenas decisiones de desarrollo económico son evidentes al ver que después de instalarse esta oficina, Reino Unido ha retirado alrededor de 23.5 millones de dólares de Baja California en cuestión de inversión. El retiro de inversiones se debe en gran medida a que las empresas extranjeras no hayan la infraestructura necesaria para la operación de sus empresas en la región.
A raíz de esto, se ha observado un descontento general en la iniciativa privada, puesto que el alza de recursos federales no se traduce en un mejoramiento del desempeño económico. La problemática ha llegado a tal grado que los presidentes de los organismos que integran el CCE de Tijuana, liderados por Kurt Honold Morales, se reunieron con funcionarios federales para evidenciar el decadente clima económico de la región.
Alcanza deuda pública máximo
histórico en Baja California
De acuerdo a reportes emitidos por la Secretaría de Hacienda, el actual gobernador de Baja California duplicó en sus primeros 3 años de gobierno el importe de la deuda contraída por el ex gobernador Guadalupe Osuna Millán; quintuplicó la deuda contraída por el ex gobernador Eugenio Elorduy; y contrajo 11 veces más deuda que en el periodo de los ex gobernadores Héctor Terán y Alejandro Gonzales Alcocer. Esto equivale a 20 mil 600 millones de pesos de deuda pública que no se reflejan en proyectos que impulsen el desarrollo económico local de un estado que únicamente genera el 18% de los ingresos que necesita para funcionar, mientras que el 82% de los ingresos restantes – recibidos vía participaciones y aportaciones del gobierno federal – son utilizados con nula transparencia.
El mayor peligro de este mal manejo de recursos radica en que, en caso de una contingencia, el estado tendría que destinar el 90% de lo recibido vía participaciones federales para pagar la deuda que contrajo, abriendo paso a un caos financiero sin precedentes ante un escenario de alta volatilidad financiera internacional.
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