Los bonos sostenibles son una parte cada vez más importante del mercado de renta fija porque ofrecen una amplia gama de oportunidades para los inversionistas activos.
Los bonos verdes y otros instrumentos de deuda orientados a la sostenibilidad se están convirtiendo en una parte importante de los mercados de renta fija. Cada vez más, los inversionistas buscan alinear sus portafolios con sus objetivos financieros y los objetivos de sostenibilidad reconocidos internacionalmente, como el Acuerdo de París o los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
¿Qué son los bonos verdes? ¿Y en qué se relacionan con los bonos sociales, de sostenibilidad y vinculados a la sostenibilidad y difieren de ellos?
Primero, es importante distinguir entre los bonos basados en el uso de los fondos y los bonos vinculados a la sostenibilidad.
- Los primeros, como indica su nombre, financian proyectos con beneficios ambientales y/o sociales específicos.
- Los segundos no financian proyectos determinados sino el funcionamiento general de un emisor que tiene objetivos de sostenibilidad explícitos relacionados con las condiciones de financiamiento del bono.
Bonos verdes
Uso de los fondos
Estos bonos están destinados a financiar proyectos o actividades nuevos y existentes con impactos ambientales positivos. Creemos que los bonos verdes de impacto deben emitirse de acuerdo con los Principios de los Bonos Verdes (GBP) establecidos por la Asociación Internacional Mercados de Capitales (ICMA), un conjunto de directrices de aplicación voluntaria que promueven la presentación de informes más transparentes y unificados sobre los objetivos ambientales y el impacto estimado de los bonos. De hecho, la ICMA establece directrices para todas las formas de bonos verdes, sociales y vinculados a la sostenibilidad.
Las categorías de proyectos elegibles para la emisión de bonos verdes incluyen: energía renovable, eficiencia energética, transporte limpio, edificios ecológicos, gestión de aguas residuales y adaptación al cambio climático.
Bonos sociales
Uso de los fondos
Para que un bono califique como social, los fondos deben financiar o refinanciar proyectos o actividades sociales que logren resultados positivos para la sociedad o aborden un tema social. En muchos casos, los proyectos sociales están dirigidos a poblaciones que viven por debajo de la línea de pobreza, comunidades marginadas, migrantes, desempleados, mujeres y/o minorías sexuales y de género, personas con discapacidades y personas desplazadas.
La emisión de bonos sociales se orienta conforme a un conjunto de directrices de aplicación voluntaria (en este caso, los Principios de los Bonos Sociales (SBP) de la ICMA), cuyo propósito es mejorar la divulgación y la transparencia en el mercado de estos bonos. Los SBP describen las mejores prácticas para emitir un bono social y proporcionan a los inversionistas la información necesaria para evaluar el impacto social de sus inversiones.
Los bonos relacionados con la COVID son bonos sociales de reciente aparición. Los fondos que generan se destinan específicamente a mitigar problemas sociales relacionados con esta enfermedad en las poblaciones más afectadas.
Las categorías de proyectos elegibles para la emisión de bonos sociales incluyen, entre otras: seguridad alimentaria y sistemas alimentarios sostenibles, avance socioeconómico, vivienda asequible, acceso a servicios esenciales e infraestructura básica asequible. Los proyectos sociales pueden incluir gastos de investigación y desarrollo y otros relacionados y de apoyo. Cuando los proyectos también tienen beneficios ambientales, los emisores pueden clasificar un bono como social con base en el objetivo principal del proyecto subyacente.
Bonos de sostenibilidad
Uso de los fondos
Los bonos de sostenibilidad se caracterizan porque los ingresos se utilizan para financiar o refinanciar una combinación de proyectos o actividades de carácter ecológico y social. Los emiten empresas, gobiernos y municipios para activos y proyectos, y deben apegarse a las directrices pertinentes de la ICMA, que están alineadas tanto con los GBP como con los SBP. Pueden ser sin garantía o estar respaldados por la solvencia del emisor corporativo o gubernamental, o con un activo específico.
Los bonos de sostenibilidad incluyen los bonos verdes y los sociales.
Bonos vinculados a la sostenibilidad
Los bonos vinculados a la sostenibilidad — entre otros, los vinculados a ciertos indicadores clave de desempeño (KPI) o a ODS, como el de acción por el clima — se relacionan estructuralmente con el logro por parte del emisor de las metas establecidas, por ejemplo, sujetando el cupón a un acuerdo. En tal caso, el cupón se reduce si hay avances hacia las metas o los KPI en cuestión y se incrementa si no los hay. Estos bonos pueden ser un incentivo fundamental para que las empresas asuman compromisos de sostenibilidad a nivel corporativo, especialmente mediante la alineación con los ODS de las Naciones Unidas o con el Acuerdo de París.
Fuente: ICMA
Historia de los bonos verdes:
En 2007, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU publicó un informe en el que se relacionaba la acción humana con el calentamiento global, lo que añadió más peso al creciente conjunto de datos. Reconociendo el riesgo que supone el cambio climático, tal y como se señala en el informe, las instituciones (es decir, los fondos de pensiones suecos y su banco, SEB), el Banco Mundial y los expertos en cambio climático (es decir, CICERO y el Centro de Investigación Internacional sobre el Clima y el Medio Ambiente) establecieron conjuntamente un proceso para que los mercados de deuda formaran parte de la solución. A fin de asegurar que la inversión y la captación de capital para proyectos de sostenibilidad ayudaran sustancialmente a obtener resultados ambientales positivos, se formuló un conjunto de criterios de elegibilidad. En 2007-2008, el Banco Europeo de Inversiones y el Banco Mundial lanzaron con éxito la primera emisión de bonos verdes.
Al establecer criterios para las emisiones y la presentación de informes, esa primera emisión sirvió como marco para todo el mercado de bonos verdes y sentó un precedente en cuanto al uso de revisiones externas al incluir a CICERO como segunda opinión. La ICMA estableció los GBP con base en dicha emisión, a efecto de seguir formulando directrices transparentes para que los inversionistas apoyaran las soluciones climáticas. Además, actualiza los GBP cada año y ha publicado directrices de aplicación voluntaria para las emisiones de bonos sociales, bonos de sostenibilidad y bonos vinculados a la sostenibilidad.
Fuente: Banco Mundial
Mirando hacia el futuro:
El explosivo crecimiento del mercado de bonos verdes es alentador, pero lo es aún más el abanico de oportunidades para inversiones en bonos relacionados con la acción para el clima. Es importante que aquellos que buscan específicamente invertir en soluciones climáticas entiendan que el creciente mercado de bonos climáticos incluye los bonos verdes etiquetados y los no etiquetados, así como los de líderes del clima:
- Los bonos verdes son títulos de deuda emitidos explícitamente para proyectos ambientales o relacionados con el clima, como se indicó anteriormente.
- Los bonos verdes no etiquetados son títulos de deuda de emisores fundamentalmente alineados con productos y servicios bajos en carbono, como una empresa de energía renovable o un bono de mejora de un sistema municipal de agua, en lugar de un bono verde certificado.
- Los bonos de líderes del clima se definen como títulos de deuda de emisores líderes en su industria que consideramos que están a la vanguardia de la transición a cero emisiones netas de carbono. Estos emisores han demostrado su compromiso de mitigar sus emisiones de carbono y su impacto ambiental en términos generales en los sectores relacionados con el agua, el plástico, la contaminación del aire o la biodiversidad, entre otros.
¿Por qué invertir en bonos sostenibles? (Verdes, sociales, de sostenibilidad y vinculados a la sostenibilidad)
Los bonos sostenibles —bonos verdes, sociales, de sostenibilidad y vinculados a la sostenibilidad— pueden ofrecer diversos beneficios, entre otros:
- Mitigación de riesgos físicos, de transición y de sostenibilidad a largo plazo, y aprovechamiento de oportunidades potenciales: El desafío a largo plazo de descarbonizar la economía de una manera socialmente equitativa conlleva riesgos, pero también ofrece oportunidades para los inversionistas activos. Reconocemos que los factores sociales, ambientales y de gobernanza son insumos cada vez más esenciales para evaluar las economías, los mercados, las industrias y los modelos comerciales. También son importantes a la hora de evaluar las oportunidades y los riesgos de inversión a largo plazo que presentan todas las clases de activos en los mercados públicos y privados.
- Satisfacción de la demanda de los inversionistas: La emisión de bonos sostenibles va en aumento, la reglamentación está estableciendo normas globales; el interés de los clientes en las prácticas ambientales, sociales y de gobernanza está creciendo; y, lo más importante, la inversión responsable se está generalizando. Es posible que la crisis de COVID-19 cause que más inversionistas busquen opciones de inversión sostenible, y hemos observado un aumento en las emisiones de bonos sociales, bonos relacionados con los ODS y, específicamente, bonos relacionados con la pandemia, además de un creciente mercado de bonos verdes. El enfoque de sostenibilidad apoya el crecimiento a mediano y largo plazo de forma inclusiva.
- Alineación con las metas de sostenibilidad: Los bonos sostenibles proporcionan a los inversionistas un medio para alinear considerablemente sus asignaciones de activos con las metas de sostenibilidad. Creemos que la renta fija es una importante clase de activos para motivar un cambio sustancial en que se refiere a los factores ambientales, sociales y de gobernanza. El mercado de renta fija es casi dos veces más grande que el de renta variable y, a diferencia de los valores de renta variable, que son a perpetuidad, los de renta fija vencen, y esto hace que las empresas busquen refinanciamiento en el mercado Al interactuar con las empresas que necesitan captar recursos, los inversionistas pueden impulsar compromisos de sostenibilidad o emisiones sostenibles específicas, y acelerar cambios sociales y ambientales positivos.
Problemas de los bonos verdes
Si bien el establecimiento de principios rectores ha reforzado la integridad del mercado de bonos sostenibles, el “lavado verde” —marketing engañoso de los emisores para dar la falsa impresión de que sus bonos basados en el uso de los fondos tienen un impacto ambiental positivo— constituye una dificultad constante para los inversionistas. El lavado verde puede ocurrir debido a la relativa amplitud de los criterios para definir los bonos verdes y a la falta de directrices de emisión formales en muchos mercados emergentes. Estos problemas ponen de relieve la importancia de que los gestores de inversiones evalúe cuidadosamente la documentación de seguridad para determinar el uso subyacente de los fondos y el impacto esperado.
Al 30 de septiembre de 2020, el mercado de bonos sostenibles había crecido a más de US$1 billón en emisiones en circulación, incluidos US$800 mil millones en bonos.
Dado que el creciente mercado de renta fija sostenible sigue representando solo una fracción del mercado de renta fija, esas inversiones pueden implicar mayores riesgos de liquidez y concentración excesiva para ciertos emisores, sectores o regiones. Sin embargo, los gestores de inversiones sofisticados están equipados para gestionar eficazmente estos riesgos y apuntar a rendimientos atractivos ajustados al riesgo.
Además, los bonos sostenibles, al igual que cualquier otro instrumento de renta fija, conllevan el riesgo crediticio o de incumplimiento —que es el riesgo de que el prestatario no pague el préstamo e incumpla su obligación—. El nivel del riesgo de incumplimiento varía en función de la calidad crediticia subyacente del emisor.
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